Dada la situación económica, social, y también jurídica en al ámbito concursal, nacen cada día empresas especializadas en la liquidación de activos con la finalidad de ser una solución, una herramienta para dotar de agilidad la labor de juzgados y administraciones concursales.

Una vez abierta la fase de liquidación, el fin último del concurso es la maximización del retorno y esto, no se cumple únicamente con la liquidación de los activos; hay que liquidarlos al mejor precio posible incrementando las tasas de recuperación de pasivo insatisfecho (TRPI) y por tanto mejorando la tasa de eficacia de la subasta concursal (TESJ).

La manera óptima de conseguir el mayor valor es la competencia dentro de una subasta y como es obvio, a más pujadores e interesados, mayor será el valor alcanzado y se conseguirá la maximización de valor para la masa del concurso. La subasta se ha desmostado el medio más eficaz para la liquidación de los activos concursales y la recuperación del pasivo insatisfecho. Frente a otro tipo de ventas, en un procedimiento concursal, el tiempo en la toma de decisiones es vital, la demora en la liquidación genera depreciaciones, pérdidas, robos y nuevos créditos contra la masa que disminuyen ostensiblemente las expectativas de cobro de los acreedores,

La realidad es que con poseer un portal propio de subastas y un departamento de marketing y comunicación se pueden liquidar gran parte de los concursos que de manera ordinaria se presentan en nuestros juzgados, pero, ¿con disponer de los canales para liquidar los activos es suficiente para los concursos más complejos?

Una estrategia para cada concurso

No hay dos concursos iguales y por tanto no puede haber dos liquidaciones iguales, la casuística es interminable. Por ello, no todos los concursos requieren la misma solución y no todos se liquidan del mismo modo y con el único soporte de una plataforma de comercialización.

La experiencia de estos 10 años en la realización de activos nos ha enseñado que la construcción de la solución específica para cada concurso es el elemento más importante para una correcta ejecución posterior y en este proceso la colaboración entre la entidad especializada, el administrador concursal y la empresa concursada es la base del éxito. Con las bases del plan de liquidación que marca las líneas estratégicas,  se debe construir un plan de realización, que identifique cada categoría de activos, sus diferentes canales de comercialización, requisitos y regulaciones especiales, condicionantes sectoriales y por tanto estrategias de liquidación diferenciadas.

Analizar los activos del concurso desde un punto de vista técnico, permite detectar dónde está el valor y por tanto, cuáles son los activos que hay que proteger en mayor medida y llegado el caso invertir en su salvaguarda.

Otro punto que garantiza la maximización de valor, es la concurrencia. La existencia de un elevado número de potenciales compradores garantiza la consecución del mayor precio. En un post anterior tratamos en detalle las formulas existentes para asegurar la máxima difusión de la venta  y este plan de comercialización es uno de los pilares la elaboración del plan de realización.

Analizando cada activo

Algo de lo que generalmente adolecen las realizaciones concursales y que por nuestra experiencia son básicos,  son el plan financiero y el plan de trabajos y riesgos. En muchos casos acometer una serie de gastos durante la realización aumentan exponencialmente la venta o incluso de no hacerlo,  ponerla en riesgo. Disponer de seguridad en las instalaciones, suministros básicos como electricidad, limpieza de los activos y las instalaciones para hacerlos más atractivos para el comprador, reparaciones o puestas en funcionamiento de equipos son en muchos casos inabordables para la concursada ya que generalmente no disponen de liquidez.  Es importante llegados a este punto, realizar un análisis justificativo de estas necesidades y el impacto en el resultado y llegado el caso que la entidad especializada aporte el músculo financiero para acometer estas operaciones de forma transparente y efectiva.

Cumplir protocolos

Por otro lado el estricto cumplimiento de la ley en materia de seguridad y salud en el trabajo, íntimamente relacionado con la responsabilidad del Administrador Concursal. En la mayoría de los concursos se requieren trabajos dentro de las instalaciones como son el desmontaje, traslado y gestión de cargas de los activos a retirar. Estas actividades deben realizarse cumpliendo la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales y se requiere planes de riesgos y la aportación de recursos preventivos para velar por la seguridad en las actividades, tanto si son realizadas por el comprador como por la entidad especializada.  El conocer y en su caso elaborar, documentación, planes de trabajo y seguridad además de reducir el riesgo para el administrador ayuda también a la maximización del valor pues el comprador, realmente valora lo que compra, conoce cómo tratar el activo que compra y por tanto reduce a una tasa insignificante la existencia de daños.

Entidad especializada con garantías

Entonces, ¿es suficiente para conseguir este objetivo tener un portal de subastas y publicitar en redes?

Para muchos procesos de liquidación, sí, pero para otros muchos otros no. Los procesos de liquidación que dispongan de unidades productivas o activos que requieran por su complejidad de una venta en mercados internacionales, aquellos en los que existe una indefinición de los activos a ser enajenados o el inventario de bienes y derechos no es suficientemente exhaustivo, cuando los tiempos de liquidación son muy cortos por obligaciones con terceros, en los que se requieran trabajos dentro de las instalaciones como son el desmontaje, traslado y gestión de cargas de los activos a retirar, exista un alto valor en residuos valorizables, tengan un alto valor en sus patentes y marcas, aquellos con Inmuebles especiales por sus características, naturaleza, con activos en el extranjero en el momento del concurso o no exista caja para cubrir servicios,  es fundamental la experiencia que aporta una sólida base de compradores; conocer el producto y diseñar una campaña específica de comercialización por activo dibujan un mejor escenario para la liquidación y por supuesto garantizan la transparencia y seguridad.

El tener una estructura, un equipo humano cualificado que permita la elaboración y la posterior ejecución de este plan (ingenieros, jefes de proyecto, abogados, economistas, técnicos superiores en seguridad, expertos en marketing, operarios cualificados…) permite afrontar la concreta especificidad de cada concurso con todas las garantías. En esa cualificación radica en gran medida la maximización del valor ya que se garantiza la preservación del mismo.

De todo esto se desprende que nada tiene que ver vender activos de un concurso con gestionar un concurso de manera integral. Cada concurso es un mundo y cada familia de activos es otro. De ahí el valor que aporta la entidad especializada en maximizar la tasa de la subasta concursal y no ser vista como un elemento meramente de coste o de facilidad procesal.

Vender, puede vender cualquiera, pero no toda la lana es pelos.

Creador de Valor sostenible. Responsable de Insolvencia