Desde un punto de vista filosófico la ética se ocupa del comportamiento humano, es decir, estudia lo “bueno” y lo “malo” de la conducta humana. Aunque parece que el concepto de ética empresarial es relativamente nuevo y que surge a partir de la última crisis económica sufrida, la dimensión ética de las relaciones económicas ya fue tenida en cuenta por Aristóteles con su crítica a la práctica de la usura y por otros grandes pensadores que criticaron la avaricia de los hombres de negocios.

La relación de los negocios y la ética parece difícil porque el comportamiento en los negocios siempre ha estado guiado por el interés de los individuos, la ambición y el afán de enriquecimiento.

Desde mediados del pasado siglo hasta nuestros días parece que ha habido un rápido deterioro la ética económica con el objetivo de obtener retorno económico violando la legislación, engañando al consumidor, explotando la mano de obra, usando productos tóxicos y contaminando el medio ambiente en sus procesos productivos.

Concretamente, en los últimos años nos hemos encontrado con numerosos casos de corrupción en todos los ámbitos de las relaciones sociales, tanto a nivel político como empresarial, deportivo, … parece que para alcanzar el éxito, cualquier comportamiento está permitido.  Casos como Gurtel, Púnica, ERES, el fraude de los motores de Volkswagen o el fraude del dopaje del Estado ruso recientemente salido a la luz, por nombrar sólo algunos, nos hace desconfiar de la capacidad del ser humano para ser honesto con la sociedad en la que vive.

Sin embargo, el paradigma de los negocios ha cambiado, el enriquecimiento a cualquier precio ya no es válido y la sociedad empieza a penalizar aquellas empresas que basan su crecimiento sólo en el enriquecimiento sin tener en cuenta la honradez y la justicia social para ofrecer su propuesta de valor.

Se dice que las empresas que apliquen criterios éticos en sus relaciones empresariales obtendrán ventajas competitivas frente a sus competidores, pero desde mi punto de vista, este no debe ser la única motivación de un comportamiento honesto. El comportamiento ético debe estar motivado por el afán de actuar correctamente, hacer el bien y ser socialmente responsable.

Surus Inversa nace con la vocación de hacer las cosas de manera honesta, cumpliendo las reglas del juego que permiten satisfacer las necesidades no sólo de sus accionistas y empleados, sino del resto de stakeholders con los que interactúa: clientes, proveedores y sobre todo de la sociedad en la que se encuentra. No sólo debe contar crear valor económico sino también el valor social y medioambiental. En Surus tenemos la motivación de conseguir un mundo mejor para todos y de ser un ejemplo para las generaciones que se van incorporando al mercado de trabajo.

Como conclusión, una empresa sin ética empresarial estará tarde o temprano abocada al fracaso y posteriormente a la desaparición. Esperamos y deseamos que sólo aquellas empresas que actúen de manera honesta y socialmente ética tengan éxito en el futuro y su modelo de negocio será sostenible a largo plazo.

El Valor de lo que YA NO TE VALE. SURUS INVERSA. Confían en nosotros más de 10 compañías del IBEX, administración pública y despachos de referencia.

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