Los procesos de desimplantación son los grandes olvidados de los trabajos industriales. A pesar de lo que hemos vivido esta semana en la Convención Anual de la Demolición, organizada por la Asociación Europea de Demoliciones junto con EDI y VERAS, donde se respiraba un aire motivado para el cambio, la integración de la sostenibilidad aún tiene amplio recorrido.

Son muchas las empresas con las que hemos estado en esta convención que coinciden en las problemáticas ambientales asociadas a los procesos de demolición:

  • Priorización del reciclaje. Según nos comentaban desde VERAS, parece que los procesos de desmantelamiento están muy orientados al reciclaje de los residuos que se generan, saltándose pasos anteriores en la jerarquía de residuos como pueden ser la reutilziación de materiales o la segregación en origen.
  • Dificultad en la segregación por mezcla de materiales. Debido a las duras exigencias para tener bajos costes, es complicado realizar desmantelamientos selectivos, lo que provoca que los residuos que se generan supoenn una multitud de materiales mezclados, lo que aumenta la probabilidad de que las operaciones de eliminación de materiales sean las de depósito en vertederos.
  • Contaminación cruzada. Las técnicas de demolición también están vistas como elemento a mejorar. Algunos procedimientos habituales no llegan a impedir que se emita polvo, partículas y otros contaminantes que, terminan depositándose en las fracciones de material.
  • Emisiones. La maquinaria empleada para las demoliciones sigue siendo un foco de emisiones propio de una industria poco electrificada. El desarrollo de la tecnología debe ir encaminado también a la aparición de equipos que usen fuentes energéticas más limpias pero que también sean compatibles con los costes y la potencia requerida.
  • Acompañamiento de la ley. Aunque cada país actúa de manera distinta con sus umbrales y valores límite, existe una clara opinión común de que los mecanismos legales a día de hoy representan más un obstáculo que un aliado para impulsar el reaprovechamiento de materiales frente a su consideración como residuos.

A pesar de lo anterior, las empresas están asumiendo un rol de liderazgo hacia la sostenibilidad muy optimista, generando colaboraciones con otros organismos completamente distintos y transmitiendo la cultura sostenible y comprometida a la totalidad del sector.


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