El pasado 8 de abril se publicó en el Boletín Oficial del Estado la nueva Ley de Residuos y suelos contaminados para una economía circular. El esperado texto se ha desarrollado para cumplir con los objetivos estratégicos que la UE ha marcado en materia de residuos. En esta publicación destacamos los aspectos más relevantes de la nueva ley y sus implicaciones.

Una de las grandes aportaciones de esta ley es que implica una relación hasta ahora no vista en un texto legal entre todo lo relacionado con la gestión de residuos y conceptos como la economía circular, o la sostenibilidad.

De lo anterior se deduce, por tanto, que no solo tendrá implicación en el residuo como tal, sino en toda la cadena de valor desde su producción hasta su gestión final. Este aspecto es muy importante, ya que hasta ahora en muchas operaciones profesionales, se perdía la trazabilidad del residuo una vez el camión del gestor salía de las instalaciones del productor.

La ley incluye una cran variedad de cambios respecto a la anterior. Pero podríamos destacar dos tipos principales de cambios. Por un lado, cambios estructurales que incorporan las nuevas directivas europeas lo que convierte este texto en uno más amplio que el anterior en cuanto a las materias a tratar. Por otro lado, modificaciones en artículos y conceptos ya consideradas en la antigua ley 22

¿Qué cambios estructurales presenta la ley?

Se incorporan principalmente los cambios de dos directivas. Como no podía ser de otra manera, todos los cambios en la legislación europea en este ámbito se tienen que ver reflejados en los textos legales a nivel nacional. Por tanto, los cambios de la Directiva Marco de Residuos (UE 2018/851) que modifica la versión del 2008, aún vigente, se incorporan en la ley 7.

En segundo lugar, se incorpora todo lo referente a los plásticos de un solo uso, mediante la Directiva UE 2019/904, lo cual dota a esta nueva ley de un alcance aún más amplio que en el texto anterior. Este nuevo ámbito es importante ya que es una de las líneas de actuación de la Estrategia Europea en materia de residuos. Los aspectos fundamentales de esta parte están orientados a favorecer la circularidad del plástico, poniendo especial atención en vertederos y basuras marinas.

Adicionalmente, la nueva ley incorpora elementos tan importantes como la lista de operaciones de valorización y eliminación así como los métodos de caracterización de residuos tóxicos o peligrosos.

¿A quién afecta esta ley?

A toda la sociedad. Ciudadanos, empresas y gobiernos tienen papeles importantes en este texto. La nueva responsabilidad de los productores de residuos, el registro online para los gestores, la implementación de ayudas para una correcta gestión de RSU, la aparición de nuevos SCRAPS, etc. Son solo algunos ejemplos de cómo todos los agentes de la cadena de valor tendrán que desarrollar nuevas políticas en torno a esta nueva norma, como se explica en la web del Ministerio.

¿En que afecta en el ámbito profesional?

La nueva ley pone su foco en el productor como responsable de la completa gestión del residuo, obligándole a cumplir con los trámites de registro y a mantener el archivo cronológico. Se incluye la obligatoriedad de separar en origen los RCDs y se modifican la condición de algunas operaciones de valorización y gestión intermedia.

Desde el punto de vista del gestor y el transportista de residuos, se mantienen los procedimientos habituales de autorización y comunicación previa a la actividad. En este sentido, las administraciones públicas jugarán un papel importante a la hora de agilizar estos trámites.

Uno de los puntos que probablemente hayan captado mayor atención de los operadores son las nuevas medidas fiscales que se impondrán por realizar las actividades de eliminación, las cuales tienen por objetivo favorecer actividades alternativas como el reempleo y la reutilización. Estas tasas dependerán del tipo de residuo que se entregue, el lugar de destino y el peso. La principal novedad es que no solo habrá un impuesto a nivel nacional sino que cada comunidad autónoma podrá incrementar la cuantía.

Las actividades productivas que empleen plásticos de un solo uso también tendrán una carga impositiva que tenga como objetivo favorecer el uso de materiales reciclados.

La ley también hace modificaciones en el ámbito sancionador. Las sanciones para infracciones graves van entre los 100.000 y los 3.500.000 euros.

Conclusión

La nueva ley de residuos y suelos contaminados da un paso más que la anterior hacia una economía circular. No solo se centra en el productor del residuo sino que le otorga un carácter más encaminado a favorecer una economía circular, con nuevas sanciones y responsabilidades. Sin embargo, es preciso que la administración colabore en el desarrollo de nuevos textos más impositivos que permitan avanzar a pasos aún más grandes hacia una sociedad completamente sostenible.


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